La «educación artística» y «educación estética» sólo pueden emplearse en
sentido unívoco como la formación de las facultades mencionadas (creación y
percepción) en orden a crear la belleza y a interpretarla, a discernir la obra de arte de la producción mediocre. En un sentido riguroso, la educación artística
significaría la destreza en el conocimiento de los preceptos que permiten ejecutar
una obra bella; y la educación estética, el saber qué constituye el núcleo de la
«filosofía del arte», como se ha llamado también a la estética. Pero hoy ambas
expresiones apuntan a la educación —conocimiento y destrezas— de las
facultades de los escolares respecto al arte y la belleza.
EDUCACIÓN ARTÍSTICA.
Redacción: José Ma. Ortíz Parra.
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